Nuestro amor por la Pilsen empieza desde el propio campo.


Es muy posible que ya haya conocido usted nuestra cebada cervecera en alguno de sus paseos. Porque incrementamos continuamente la proporción de materias primas de la región.

De la región.

Nuestras cooperaciones con agricultores de Sajonia, Turingia y alrededores no son muy frecuentes en Alemania a esta magnitud. Nuestro cultivo por encargo en la región abarca ya actualmente una superficie explotada equivalente a más de 6000 campos de fútbol. Y cada vez crece más.

Nuestra cebada cervecera.

Como cebada cervecera usamos principalmente la cebada nutans de verano de dos hileras. Presenta granos uniformes de gran tamaño y un alto nivel de poder germinativo y energía germinativa, lo que es importante para el procesamiento en la maltería.

A diferencia de la cebada forrajera, la cebada cervecera tiene un menor contenido de proteína. Lo ideal es que el contenido de proteína en la cebada cervecera esté entre el 9,5 y el 11,5 por ciento. Un nivel inferior puede perjudicar el sabor y la calidad de la espuma de la cerveza. En cambio, un contenido de proteína demasiado alto puede dificultar la procesabilidad en la fábrica cervecera, hacer más costosa la filtración e influir negativamente sobre la caducidad de la cerveza. Por eso sometemos siempre nuestra cebada cervecera a un control tan férreo.

Desde la cebada a la malta.

A menudo se considera que la cebada y la malta son sinónimos. Naturalmente, esto no es del todo cierto, ya que para que la cebada cervecera pueda convertirse en cerveza primero es necesario procesarla para obtener malta. Esto no se realiza en la propia fábrica cervecera, sino en una maltería. Allí, expertos malteros la limpian cuidadosamente y la ponen a remojo en agua hasta que germina de forma controlada. A continuación, se seca a alta temperatura, con lo que se interrumpe la germinación. Entonces el contenido de agua del grano cae desde el 40 por ciento hasta por debajo del 5 por ciento.

Solo entonces la cebada cervecera es realmente malta. Pero todavía no está lista para nuestra Pilsen Radeberger. Primero se vuelve a limpiar la malta una vez más en la maltería para eliminar las radículas. A continuación, se almacena durante cuatro semanas (para que sea más fácil de procesar) y, por último, aún se pule. Entonces sí que ya, por fin, está lista para entrar en nuestras calderas.

Qué hace que una Pilsen se convierta en una Radeberger.

Lúpulo:

Una composición de lúpulo con un toque muy especial.

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Agua:

Un agua con mucho sentido del sabor.

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Maduración:

Para conseguir la Pilsen perfecta, necesitamos más de 28 días.

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Más es más:

Muchas veces, «más es más».

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